Esta tarde, a eso de las 20.00, vendrá a por él, se lo llevará y nos dejará un enorme vacío en la casa (sobre todo de pelos) a la vez que nos priva de esa alegría tan característica con la que en cada momento nos sorprendía (lo de Charlitas, es porque no para de maullar).
No voy a decir que me alegre (no sea que me lea) pero si diré que me tranquiliza tras la estampa con la que me desperté ayer de la siesta (véase foto superior) y los recuerdos de un vídeo que vi hace tiempo y que cuelgo a continuación:
En fin... hasta la próxima Brasas, digo Charlitas.
2 comentarios:
Pues yo no tengo a quien dejar a tigrilla estas navidades cuando me vaya al caribe...
No te gustaría...?
Psa... En principio no sé todavía los días que tendré libres en Navidades, pero si me encajan fechas, encantado de acompañarte.
¿Corremos con los gatos a medias?
Publicar un comentario