En el estudio Fathom tienen mucho tiempo libre. Prueba de ello es la versión que se han currado del Frankenstein de Mary Shelly, tuneado a Frankenfont.
Para ello han utilizado ni más ni menos que 55.382 fuentes tipográficas distintas en su elaboración (y yo, a mis alumnos diciéndoles que no utilicen más de 3 ó 4 por proyecto), reconstruyendo cada una de las 5.483 palabras que componen el texto letra a letra, para dar a la obra un aspecto visual completamente distinto al que podamos estar acostumbrados a ver.
Con el objetivo de facilitar la lectura, las primeras páginas utilizan una menor variedad de fuentes a base de las que más acostumbrados estamos a leer (tipo Helvética, Times, Arial...) para ir ampliando el número de familias tipográficas según avanzan las páginas y concluir la última fase del libro con incluso fuentes pictográficas.
Un gran trabajo, sin duda, que con Quark no creo que hubiesen podido realizar.
Como curiosidad, decir que las fuentes que han utilizado no han sido archivos tipográficos completos, sino que las han obtenido de PDF's encontrados en Internet.
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