29 de mayo de 2008

Expediente –Mac Os– X

Hay un ordenador en la oficina al que todos tememos en mayor o menor medida. Se trata de un iMac que nada más salir de su caja hizo que la compañera que lo iba a usar se marchara a trabajar a otra empresa. Motivo por lo que tuvo que utilizarlo un nuevo colega, que durante todo el año que se sentó ante su pantalla, consiguió acaparar –él solito– los constipados y enfermedades que en situaciones normales corresponderían a toda la oficina. la verdad es que aún no se lo hemos agradecido lo suficiente.

Con el paso del tiempo y la ampliación de la empresa, compramos nuevos Mac y se contrató más personal, de tal forma que el último en llegar heredó el dichoso ordenador. Aunque en un principio no sufrió mayor percance que el ocasionado por tener que volver a trabajar después de unos meses sabáticos por Mexico, con el tiempo fueron apareciendo ligeros problemas estomacales que, a día de hoy, afortunadamente parecen haber sanado (croasants parisinos mediante).

Después: un nuevo puesto, un nuevo ordenador y un nuevo heredero que, curiosamente, en esta ocasión no sufrió la maldición del ordenador, si bien es cierto que, en los casi seis meses que estuvo ante él, apenas abrió ninguna aplicación que no fuese el navegador de Internet o el iTunes. De tal forma que como sus resultados eran lentos e inapreciables en el día a día de la empresa, nos permitimos prescindir de él, ofreciendo su puesto a una nueva compañera que, por razones que no vienen a cuento, apenas duró un mes con nosotros.

El último en llegar, fue el más rápido en sentir los efectos de Chaparral (es así como llamamos cariñosamente al ordenador maldito desde que nos ocasionó un problema en red a todos los demás). Al día siguiente de sentarse ante él, se vio obligado a pedir la baja por enfermedad debido a una piedra en el riñón que no le dejaba ni estar de pie, ni sentado, ni tumbado. Se recuperó de la operación, volvió a diseñar unas cuantas portadas y trabajos y... volvió a caer.

Lleva toda la semana sin aparecer por la oficina y cada vez que intentamos hablar con él por teléfono se pone una voz de ultratumba que no reconocemos. Nos dice que es la gripe, pero... a mi me da qué pensar. Ya he intentado contratar los servicios de un chamán africano que consiga deshacer el hechizo, pero todos los que han venido dicen lo mismo: su magia solo es compatible con el sistema operativo de Windows.

Así que estoy por ir poniendo un nuevo anuncio buscando maquetador-diseñador. Es una pena, porque este último, era muy majo.

1 comentario:

Hokane dijo...

Acabas de dar en la clave, del porqué durante el primer año me puse enfermo tantas veces. ¡Qué ingenuo! No me había dado cuenta...

Yo por si acaso, no lo voy a toquetear mucho; y si tengo que hacerlo alguna vez, me pondré guantes antiradiactivos, por lo que pueda pasar...

Has hecho un estupendo y exhaustivo análisis del historial de calamidades que ha generado ese Mac. Chapó.

A ver quién es el guapo/a que es capaz de echar por tierra la teoría, de que ese Mac está maldito. ¡brrr! ¡Que miedo!

Encadenados

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