Amanece en Paris

El tren saliò de Chamartin sin mayor problemas, mis compañeros de viaje, que yo esperaba fueran unas simpaticas escursionistas holandesas pero que resultaron ser unos amables entes viejunos, eran gente simpatica y dicharachera. La media de edad en la cabina, incluyendo la mia, podria ser de unos 60 años, la media aumento cuando en valladolid se subiò un viajero que bien podria competir en olor con una compañera nuestra. Aun recuerdo las palabras de un amigo cuando abonaron los campos cercanos a la casa del pueblo, "olor a campo", pues este señor olia a campo que aturdia, nos hablaba a gritos y tenia la fea costumbre de sacarse el cerumen de los oidos con unas uñas que podrian alcanzar el curioso tamaño de cuatro centimetros y el grosor de cuatro milimetros. Cuando pensè que la cosa no podia ir a peor decì acostarme, pero pese a estar en una cama muy comoda y tener sueño, no pude pegar ojo ya que aquel despojo de virtudes tambien roncaba, y como roncaba el muy... (se pueden escribir tacos en el blog?)

...y tras la noche, Paris. Ha amanecido gris pero con calor, he salido directamente para la estaciòn del este (aqui le llaman Gar'd de Est, por eso de que son franceses y hablan raro) y tras dejar mi maleta en la consigna me he bajado dando un paseo hasta "Notredam" (mira que he visto letreros pero no me acuerdo de como se escribe). Ahora voy de vuelta a la estaciòn en busca de un buen desayuno, eso o un croasant y un cafè. Podria ser peor, podria estar maquetando...