Dale un toque retro a la decoración del salón. Nada mejor que el cadaver descompuesto de una amable abuelita con los pies (o lo que queda de ellos) sobre la mesa del comedor al lado del cisne de Lladró que te regaló tu suegra el día de tu boda. Se asegura que las visitas quedarán impactadas o espantadas. La foto que acompaña este post fue "Imagen de la semana" en la edición digital de TIME. Pero no, no os preocupéis, son de mentira. Puro latex y mucho trabajo. Las comercializa un peculiar escultor llamado Jaime di Stefano. Su precio desde 545 dólares, un hombre, hasta 595 dólares una mujer. ¡Ah! y son personalizables: color del (poco) pelo, ojos, grado de descomposición, etc. Envíos a cualquier lugar. Me recuerda a la web de las muñecas hinchables hiperrealistas, de la que hablaré en otra ocasión, pero en versión necrófila. Su página web para ver sus creaciones aquí
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