4 de mayo de 2010

Sobre libros electrónicos

Mientras El corte inglés, MediaMarkt, la Fnac... mientras todos se están frotando las manos ante las previsiones de ventas de libros electrónicos de cara al verano y hasta las próximas Navidades. Mientras en Zulos como el nuestro nos dedicamos a leer y a investigar sobre su futuro y sobre como llevarlos a cabo... Me meto en Internet y encuentro esto (clic aquí).

Si lo habéis leído (esta vez vamos a hacer un post sin vídeos ni fotos en el blog), opino que en parte tiene razón. No hay más que ver la necesidad de consumo que se ha creado con el tema de la telefonía móvil (¿quién aguanta ya sin cambiar de teléfono más de 2 años?), pero por otro lado –quizá por mi trabajo– me veo en la obligación de defender e incorporar al día a día los nuevos avances tecnológicos que van surgiendo.

Independientemente del ahorro de papel y consiguiente beneficio medioambiental que supone no editar los libros de forma tradicional, está también el ahorro espacial: igual que los muebles de Ikea en el maletero del coche, almacenar un libro electrónico no ocupa lugar. Tampoco pesa más que lo que pesa el lector –no el consumidor del libro, sino el soporte– he visto gente más allá de Legazpi, en el metro, leyendo Los pilares de la Tierra (en este momento también pasan por mi mente unos cuantos niños cargados con mochilas llenas de libros entrando al colegio).

Otro factor positivo es el acceso inmediato que se puede tener a un libro con un solo clic. Adiós a ediciones descatalogadas o desplazamientos hasta lejanas tiendas en las que te encuentras con que el libro está agotado. Por no hablar de toda la información complementaria que un libro electrónico puede proporcionar mediante hipervínculos, apéndices, glosarios... de forma rápida y económica.

¿En contra?
Hay que tener en cuenta que al hablar de un libro electrónico uno se refiere a algo intangible: un libro en papel no lo pierdes así como así (salvo incendios, terremotos o amigos "olvidadizos"), mientras que el fichero de un libro digital se puede corromper, puede ser atacado por un virus, arrastrado por error a la papelera, estropearse el soporte digital en el que lo almacenas... razón por la que los desarroladores han de currarse, al menos, un sistema capaz de garantizar que un libro electrónico no se quedará obsoleto con la aparición de nuevos lectores y la posibilidad de conservar una copia de seguridad del archivo para cuando aparezca el error que conlleva a la pantalla azul de la muerte.

Otro handicap inevitable al que se enfrentan los proveedores de libros digitales no es otro que el enfrentarse cara a cara con el tema del pirateo, quizá, a día de hoy, la mayor traba para que los editores se lancen a desarrollar y ofertar libros electrónicos.

En fin... pienso en voz alta, perdonadme si me equivoco.

3 comentarios:

David Prieto dijo...

Lo del pirateo va a ser terrible e intolerable... Por cierto, tienes algún serial para el Adobe Pirate?

XTR dijo...

Joe!! Recuerdo cuando era un chaval e iba al cole, que mi profe de matemáticas decía que algún día en vez de llevar boli y cuaderno, tendríamos una CPU en cada pupitre de esto hace ya la tira…….
Pues un Hurra!! Por el ahorro de papel y por salvaguardar los pocos bosques que quedan.
Y un Hurra!! Por los virus informáticos, que sin ellos no comería.

El tio Calambres dijo...

jajajaja menuda labia tiene el gachó. Pinta ser interesante tiene pero yo sin fotos ni videos me cuesta terminarlo. Nada Enhorabuena por esas palabras.

Encadenados

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