Imagina que la sartén en la que vas a freír algo, empieza a soltar más humo del habitual, mucho más, hasta el punto en el que el aceite (superados los 300 grados) empieza a arder ¿cómo apagas esas llamas?
Muy posiblemente, la primera idea de bombero que se te ocurrirá será la más peligrosa: apagar las llamas con agua, algo que nunca debes hacer, puesto que lo único que conseguirás es avivar el fuego, una gran llamarada y que, con un poco de suerte, todo acabe en pintar la cocina, cambiar algún mueble y dar parte al seguro, ya que los riesgos son máximos, como puedes ver en el siguiente vídeo.
Así que memoriza el consejo: la mejor opción de apagar el fuego de una sartén es cubrir la sartén con un paño, mejor si está húmedo, y esperar a que se consuma el oxígeno. Otra opción, en caso de que el fuego no sea muy grande, sería vaciar la botella de aceite en la sartén. Pero nunca con agua.
2 comentarios:
Interesante consejo. La teoría la conocía, pero no había visto la práctica. Debo admitir que impresiona.
Creo que también si le echas sal se apaga. No una pizquita, claro.
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